jueves, 13 de febrero de 2014

La casa tomada

El operador de vanguardia del establishment periodístico contra la propagandizada impostura gubernamental es Jorge Lanata. En sus programas dominicales, construido desde la lógica productiva del collage-una mezcla no procesada de teatro de revistas,humorística a lo Tato Bores y periodismo de investigación light-,denuncia un lugar que ha sido usurpado:el de él mismo.Por eso se lamenta de haber quedado "en un lugar raro".
Su hipótesis de trabajo se expresa con su habitual fraseología publicitaria.Entonces sostiene:eso que ocupa el lugar de lo "progresista" no es lo que dice ser.Hay un discurso falso exitoso. Con un curioso y paradójico andar desequilibrado, como de viejo pinguino,con el cuidado desaliño de una estrella de rock,camina hacia donde una platea de gente linda ríe y lo aplaude cada vez que insiste con que él-y los que son como él-expresan lo verdadero frente a lo otro que es una impostura. Desarrolla entonces una extraña épica de contundencia sarcástica donde sus denuncias de falsedad despiertan las risas generalizadas de la platea. Es una lucha política por la verdad en la que logra un resultado humorístico. Es la batalla cultural desde la lograda superficie del estilo mediático.
Junto a Lanata estan los otros, los que expresan esa operatoria que Horacio Gonzalez denomina "perodismo de advertencia". Es lo que ejercen atildados personajes tales como Joaquín Morales Solá, con su hablar pequeño de verdades en voz baja y Mariano Grondona, con su colección de citas arrancadas del panteón del viejo pensamiento occidental, nos advierten de los errores,falsedades,ignorancias y delitos cometidos por sectores que han arribado a la conducción del país sin los saberes,las destrezas y la seriedad suficiente para desempeñarlos con éxito.
Coinciden con Lanata en hablar "desde arriba".Pero se trata de superioridades distintas:en el caso de Solá y Grondona se trata de "la clase superior" que advierte a la sociedad la inminencia de un desastre.La capacidad de advertencia se origina en que,como clase superior, ellos tienen un plus de visibilidad: ellos ven antes o ven más lejos o,simplemente,ven mejor.Han sido entrenados para incursionar en las distancias y en las complejidades.Quizas heredaron estas destrezas-junto a tantos bienes- de los antepasados que guerrearon contra el indio:ellos tenian que saber mirar lejos,ubicar a los indios en algún punto difuso de las inmensas llanuras e ir por ellos.De paso,esta operatoria patricia supone una modalidad específica de la despolitización gerencial de la conducción política:desde esta perspectiva, no hay proyectos distintos que compiten entre si sino diferencias cualitativas de saber de los dirigentes que ejecutan un único proyecto, el de ellos.
Lanata, en cambio no habla desde las clases patricias sino desde los sectores medios urbanos a los que les ha sido usurpado el lugar progresista.En ese discurso el efecto humorístico,la risa de la platea, se producen cuando el conductor televisivo devela la distancia entre el discurso usurpador y la realidad de las prácticas gubernamentales.Como en el cuento de Julio Cortázar,la casa-el discurso y la práctica progresista- esta tomada.Un monstruo informe y sigiloso pronuncia y se adueña de las palabras propias.Pero tranquilos,Lanata viene a decirles que se calmen:la casa no está tomada sólo se trata de una proyección ficcional que él se encargará de desarmar.
Entonces, en un varieté sincrético de estilos y procedencias, donde conviven una bella sueca de lenguaje incompleto, una presidenta de gestualidad excesiva,varios imitadores en escenas exageradas,hace su aparición el discurso de la verdad; curiosamente,el relato supuestamente objetivo, el relato de la verdad,el develador de la impostura kirchnerista,se despliega en una escena donde todo ha sido previamente deformado,exagerado,caricaturizado.Ha sido ficcionalizado.Es en ese territorio de la ficción donde Lanata introduce investigaciones que intentan desempeñarse, por contraste, como la misma verdad.Investigaciones que,en la mayoría de los casos, continúan la ficción del contexto.
Ambas intervenciones discursivas son instrumentos convergentes utilizados por los multimedios y los intereses corporativos para sustraerle legitimidad al Gobierno,se trata de construir a este a través de un conjunto cerrado de atributos negativos de tal modo de arrinconarlo en una identidad insostenible.De ello se habla cuando se habla de destitución simbólica.De ello se habla cuando se habla de crítica destituyente.
Ambas prácticas discursivas tienen como obsesión recurrente la crítica a la comunicación gubernamental.Prefieren tratar al gobierno como si fuera un medio de comunicación.Por ello no suelen discutir políticas.
La política es ese vacio que solo las corporaciones logran ocupar sin imposturas.
De allí que con estos discursos-los de Lanata,los de Morales Solá-resulta dificil el intercambio democrático;denuncian ignorancia o denuncian falsedad.No cuestionan una política:dicen que no existe.Que es solo un discurso.Un relato.
Como en los 90, piensan su intervención en la democracia desde el monopolio del discurso y del uso de la palabra.Detentan concepciones monopólicas:lo único verdadero o serio es su pensamiento.Lo demás es ignorancia o mentiras.Es sabido:lo verdadero y lo serio-que es el discurso que ellos poseen-sólo requiere de unos pocos medios de comunicación.Con Canal 13,Clarín y La Nación,alcanza.Lo demás es impostura.

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