Medios/Inseguridad, explicado por los Simpsons
Lo que van a leer a continuación es un pequeño análisis sobre la relación que se puede establecer entre los medios de comunicación y la inseguridad que sufre una población, basado en un episodio de Los Simpsons como partida.
Desde ningún punto de vista busco entrar en la típica discusión que hoy en día se genera cuando un tema como el siguiente se presenta (dícese “_____ miente”, ingrese aquí su diario/grupo económico favorito). Simplemente lo hago para ayudar a comprender un poco más la realidad.
Obviamente, habrá gente que estará de acuerdo y otra que dirá que soy un paranoico y demás. Cada uno ve las cosas como quiere (o puede).
Si suelen ver Los Simpsons seguramente se acordaran del capítulo en que El Gato roba algunas pertenencias y Homero se dispone a atraparlo.
Si bien el post irá acompañado de imágenes del capítulo, los invito a buscar el episodio en internet para refrescar la memoria, así quizás sea más fácil.
Temporada 5 - Episodio 11
Nombre original: “Homer the Vigilante”
Nombre España: “Homer, el vigilante”
Nombre Latinoamérica: “Homero detective”
El episodio comienza con El Gato entrando en la casa de la familia Simpson y llevándose algunas de sus pertenencias (el saxofón de Lisa, la TV portátil, el collar de Marge, una colección de estampas de Bart). Al día siguiente Flanders entra en escena y dice que a ellos también les robaron, y acto siguiente se los ve a Skinner y Barney, quienes también fueron víctimas del malhechor.
Homero llama a la policía y notifica el robo. En este momento el jefe Gorgory se pone a observar el mapa con los robos marcados y no encuentra ningún patrón, entonces empieza a mover los puntos arbitrariamente hasta que forma una flecha. Dicha flecha apunta a la jefatura, y todos los oficiales salen corriendo del lugar… No sé por qué, pero a veces pienso que la policía real actúa más o menos así…
TAPA DEL DIARIO AL DÍA SIGUIENTE: “Cat burglar strikes 15 homes!”, algo así como “El Gato ladrón ataca 15 viviendas”.
Después de ver este titular, Kent Brockman aparece dando la noticia:
- Los crímenes del gato son los más monstruosos de la historia. No decimos que el ladrón sea un fenómeno como el hombre lobo... pero, diría Ud., profesor Cocoon, ¿deben entregarse al pánico?"
- Yo diría que sí
Más allá de lo gracioso de la escena, no hay que dejar pasar el trato que se le da al tema. El uso de frases como “…son los más monstruosos de la historia…” o “…no decimos que sea un fenómeno como el hombre lobo… pero…”, si bien acá está exagerado para dar el toque humorístico a la situación, no se aleja demasiado de la realidad. Una cosa es que nos digan “El ladrón robo varias casas” (que vendría a ser lo que sucedió) y otra es que son los peores crímenes que jamás se han cometido. Todo esto tiene un broche de oro con el profesor Cocoon (aparentemente, un especialista en el tema o algo por el estilo) diciendo que la población debe entregarse al pánico.
Después de esto Gorgory está haciendo una conferencia de prensa para informar que encontraron un pañuelo, supuestamente del Gato, y que lo van a usar para capturarlo. Lamentablemente la inoperancia característica de la policía (que a veces se parece bastante a la real, no sé si ya lo dije) hace que el jefe malgaste la prueba secando su sudor en el pañuelo que tenía el olor del ladrón.
Lo que sigue ahora es muy interesante.
El profesor Frink, entrevistado por algún canal de televisión, presenta un dispositivo antirrobo. Es una casa que, en cuanto un ladrón activa la alarma, se eleva con un par de piernas y corre a la vuelta de la esquina para ponerse a salvo… en realidad se quema xD.
Ahora bien, ¿alguna vez prestaron atención a la publicidad de las puertas pentágono? Traten de estar más atentos de aquí en adelante si es que no se fijaron, pero van a notar algunas cosas bastante llamativas. En primer lugar, la publicidad suele estar puesta en canales de noticias. En segundo lugar, sea en noticieros o no, la mayoría de las veces la publicidad aparece después de una noticia o informe sobre algún crimen cometido recientemente. ¿Casualidad? Tal vez, pero yo no lo creo. No voy a ser yo el que descubra que el miedo y la inseguridad, además de ser un gran problema para toda sociedad, son un gran negocio para ciertas empresas que se especializan en esos rubros.
Piensen que ven la noticia de que entraron en una casa y asesinaron a la mujer que vivía ahí. Segundos después aparece en la pantalla “Puertas pentágono, más duras que la realidad”. Quieran o no, uno se maquina.
(Nota: Pongo las puertas pentágono como ejemplo porque es el primero que se me viene a la mente y me parece que es el más fácil de ver).
Dicho y hecho. La paranoia que se empieza a gestar trae sus consecuencias.
Bart camina por una calle del barrio y se ve cómo a medida que va pasando por las distintas casas se ponen en marcha los nuevos sistemas de seguridad en la mayoría de ellas (incluso una tiene el del profesor Frink).
Durante la noche, entra alguien al cuarto del Abuelo y automáticamente piensa que es el Gato que viene a robarle. En realidad es Malloy, residente del asilo de ancianos, que va a pedirle el ungüento.
Al día siguiente Apu cierra el Kwik-E-Mart con un cartel de “Nunca abrimos.” y le dispara a un cliente que recién llegaba en su auto, seguido de “Gracias por venir, nos vemos en el infiernos”.
En este punto hay otra cosa interesante para analizar, y voy a citar a Zygmunt Bauman para explicarlo un poco mejor.
Bauman, Zygmunt. “Cap. 3: Espacio/tiempo”, Modernidad líquida. Buenos Aires, Editorial Fondo de Cultura Económica, 2003.
Traduzcamos un poco. Los otros, extraños, llamados aquí merodeadores, se convierten en una amenaza. Cualquier desconocido es, por esa misma condición, un peligro inminente, y como tal, un potencial agresor.
Como se darán cuenta, Apu le dispara a un cliente que lo único que había hecho es estacionar el auto en la puerta del minisúper. Pero justamente, por ésta suerte de paranoia, las personas comienzan a ver a los extraños como delincuentes. Esto no quiere decir que ningún extraño pueda ser un criminal, pero esa sensación se ve potenciada por el miedo colectivo que se genera, trasladando ésta condición a casi todos los individuos.
“Bueno, estas son las nuevas reglas de la familia: no se sale de noche, ver que no nos sigan, cerrar puertas y ventanas.” Esas son las palabras de Homero para la familia. ¿No se les hacen conocidas? Seguramente en su familia también se han planteado estas máximas, o algunas parecidas. Y podríamos aplicarlas más allá del seno familiar, llegando hasta el barrio en sí. Es muy probable que alguna vez, charlando con algún vecino, decidieran que cuando uno llega un poco tarde y tiene que entrar el auto, otro lo esté observando por si pasa algo.
TAPA DEL DIARIO AL DÍA SIGUIENTE: “Burglar strikes again!” (Ladrón ataca de nuevo) + “Is nothing safe?” (¿NADA ES SEGURO?)
Al ver que la policía no puede hacer nada para atrapar al Gato, los vecinos deciden formar una patrulla vecinal. Siendo así, eligen a Homero como el líder de dicho grupo. En palabras del propio Homero: “No necesitamos a un genio, sino alguien que actué. Que se lance sin medir las consecuencias.” ¿Aplicación de la mano dura?
En la siguiente escena aparecen algunos de los miembros de la patrulla revisando algunas armas que consiguieron. A tal punto llego el delirio que hasta Bart tiene una escopeta…
Después la patrulla sale a dar una vuelta por la zona.
¿Qué hacen durante la vigilancia? Decirle a los jóvenes que vuelvan a sus casas o trabajos, perseguir a un músico callejero que está tocando con un saxofón (recuerden lo que vimos más arriba con Bauman: el extraño es sospechoso desde el comienzo y por ende puede que hayan pensado que es el saxofón de Lisa), patean las hojas que está quemando un sujeto en su jardín (a esta altura ya no se sabe si distinguen entre un delito o no, más bien pareciera que cualquier cosa que se haga en la calle es un crimen) y reclutan a Jimbo, que estaba pintando una pared con aerosol.
Es aquí donde Lisa dice una frase bastante importante: “Papá, estás abusando de tu poder con todos los policías civiles. Y es que, si tu eres la policía, ¿quién vigila a la policía?”. Cuando se le da demasiadas libertades de acción a las fuerzas públicas suele derivar en un abuso de poder. Lamentablemente en Argentina hemos tenido que vivir este tipo de situaciones. Y si esto fuera poco, Homero le dice a Lisa que LA MAFIA está buscando su saxofón… ¡LA MAFIA!
Después de esto Homero participa en Smartline, programa que conduce Kent Brockman, y durante una llamada del Gato para comunicar su próximo movimiento, Homero termina ahorcando al jefe de piso porque “está algo nervioso”.
La patrulla se ubica en las proximidades del museo de Springfield, donde el Gato atacara para llevarse el zircón más grande del mundo. Mientras está de vigilancia, Homero deja el puesto para ir a controlar a unos pibes que están tomando cerveza en la calle, momento que el ladrón aprovecha para ingresar en el museo y escapar con el botín (mientras que Homero se embriaga xD). Claramente Homero ya no tiene (o quizás nunca la tuvo) la capacidad para establecer prioridades entre un delito y otro. Recordemos que la patrulla se creó para atrapar al Gato, y ahora que saben dónde va a atacar deja el lugar descubierto para ocuparse de algo de menor importancia.
TAPA DEL DIARIO AL DÍA SIGUIENTE: “Zirconia Ztolen!!!” (Juego de palabras que significaría “Zircón robado”).
Al día siguiente, después de que todo Springfield abuchee a Homero, Marge limpia los restos de basura que arrojaron y dice “Caray, no sabía que este pueblo amara tanto a ese zircón”. Ahora, ¿es que el pueblo amaba tanto al zircón desde antes o lo empezó a querer desde el momento en que se le empezó a dar manija? ¿A todos les gustaba el boxeo o les empezó a gustar desde que se empezó a promocionar a Maravilla Martinez? ¿Por qué hay una marcha contra la inseguridad todas las semanas y casi nunca hay una para frenar los accidentes de tránsito, que cuentan más víctimas que la inseguridad?
En fin, entra el abuelo y revela que el Gato es Malloy (el que le fue a pedir el ungüento).
Una vez encarcelado Malloy les comenta que escondió todos sus tesoros debajo de una gran T, y al final les termina diciendo el lugar exacto en donde buscar y el pueblo entero va hacia allá.
Según Kent Brockman:
- Hordas de personas desesperadas abandonan la ciudad por razones desconocidas. Prof. Cocoon, sin saber exactamente a que se enfrentan, ¿diría ud. que es momento... de estrellarse las cabezas unos contra otros y sacarse los sesos?"
-Yo diría que sí.
Como recordaran, no hay tesoro, simplemente fue una trampa del Gato para ganar tiempo y poder escapar de la prisión (igualmente pasó más tiempo en prisión que muchos que tendrían que estar en cana acá en Argentina )
Algunas conclusiones finales
Lo que he tratado de explicar a lo largo de este post es la influencia que tienen los medios de comunicación sobre la sensación de inseguridad que una sociedad siente.
Esto no quiere decir que no exista la delincuencia, por supuesto que existe y es una de las grandes preocupaciones que aquejan a nuestra sociedad y a muchísimas más. Simplemente quiere decir que la preocupación que genera dicha problemática se ve fogoneada día tras día, llegando a puntos tales de generar una especie de caos y paranoia entre los habitantes.
De ninguna manera estoy planteando que los noticieros y diarios no tendrían que informar de lo que sucede cada día, ya que esto sería ridículo. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que hoy las novedades no se presentan objetivamente, y la información puede ser manejada de una manera u otra, dependiendo del efecto que se quiera lograr en los receptores. Así, sin la necesidad de modificar una noticia, se la puede repetir hasta el hartazgo, y al final podemos terminar creyendo que en vez de 5 victimas de delincuencia por día (que también sugiere un problema) hay 40.
Espero que esto les sirva para estar un poco más atentos a los mensajes que reciben día a día y poder reinterpretarlos de una manera un poco más correcta.
Agrego unas palabras de Eduardo Galeano sobre el tema, dichas en una nota sobre su último libro (Los hijos de los días):
Desde ningún punto de vista busco entrar en la típica discusión que hoy en día se genera cuando un tema como el siguiente se presenta (dícese “_____ miente”, ingrese aquí su diario/grupo económico favorito). Simplemente lo hago para ayudar a comprender un poco más la realidad.
Obviamente, habrá gente que estará de acuerdo y otra que dirá que soy un paranoico y demás. Cada uno ve las cosas como quiere (o puede).
Si suelen ver Los Simpsons seguramente se acordaran del capítulo en que El Gato roba algunas pertenencias y Homero se dispone a atraparlo.
Si bien el post irá acompañado de imágenes del capítulo, los invito a buscar el episodio en internet para refrescar la memoria, así quizás sea más fácil.
Temporada 5 - Episodio 11
Nombre original: “Homer the Vigilante”
Nombre España: “Homer, el vigilante”
Nombre Latinoamérica: “Homero detective”
El episodio comienza con El Gato entrando en la casa de la familia Simpson y llevándose algunas de sus pertenencias (el saxofón de Lisa, la TV portátil, el collar de Marge, una colección de estampas de Bart). Al día siguiente Flanders entra en escena y dice que a ellos también les robaron, y acto siguiente se los ve a Skinner y Barney, quienes también fueron víctimas del malhechor.
Homero llama a la policía y notifica el robo. En este momento el jefe Gorgory se pone a observar el mapa con los robos marcados y no encuentra ningún patrón, entonces empieza a mover los puntos arbitrariamente hasta que forma una flecha. Dicha flecha apunta a la jefatura, y todos los oficiales salen corriendo del lugar… No sé por qué, pero a veces pienso que la policía real actúa más o menos así…
TAPA DEL DIARIO AL DÍA SIGUIENTE: “Cat burglar strikes 15 homes!”, algo así como “El Gato ladrón ataca 15 viviendas”.
Después de ver este titular, Kent Brockman aparece dando la noticia:
- Los crímenes del gato son los más monstruosos de la historia. No decimos que el ladrón sea un fenómeno como el hombre lobo... pero, diría Ud., profesor Cocoon, ¿deben entregarse al pánico?"
- Yo diría que sí
Más allá de lo gracioso de la escena, no hay que dejar pasar el trato que se le da al tema. El uso de frases como “…son los más monstruosos de la historia…” o “…no decimos que sea un fenómeno como el hombre lobo… pero…”, si bien acá está exagerado para dar el toque humorístico a la situación, no se aleja demasiado de la realidad. Una cosa es que nos digan “El ladrón robo varias casas” (que vendría a ser lo que sucedió) y otra es que son los peores crímenes que jamás se han cometido. Todo esto tiene un broche de oro con el profesor Cocoon (aparentemente, un especialista en el tema o algo por el estilo) diciendo que la población debe entregarse al pánico.
Después de esto Gorgory está haciendo una conferencia de prensa para informar que encontraron un pañuelo, supuestamente del Gato, y que lo van a usar para capturarlo. Lamentablemente la inoperancia característica de la policía (que a veces se parece bastante a la real, no sé si ya lo dije) hace que el jefe malgaste la prueba secando su sudor en el pañuelo que tenía el olor del ladrón.
Lo que sigue ahora es muy interesante.
El profesor Frink, entrevistado por algún canal de televisión, presenta un dispositivo antirrobo. Es una casa que, en cuanto un ladrón activa la alarma, se eleva con un par de piernas y corre a la vuelta de la esquina para ponerse a salvo… en realidad se quema xD.
Ahora bien, ¿alguna vez prestaron atención a la publicidad de las puertas pentágono? Traten de estar más atentos de aquí en adelante si es que no se fijaron, pero van a notar algunas cosas bastante llamativas. En primer lugar, la publicidad suele estar puesta en canales de noticias. En segundo lugar, sea en noticieros o no, la mayoría de las veces la publicidad aparece después de una noticia o informe sobre algún crimen cometido recientemente. ¿Casualidad? Tal vez, pero yo no lo creo. No voy a ser yo el que descubra que el miedo y la inseguridad, además de ser un gran problema para toda sociedad, son un gran negocio para ciertas empresas que se especializan en esos rubros.
Piensen que ven la noticia de que entraron en una casa y asesinaron a la mujer que vivía ahí. Segundos después aparece en la pantalla “Puertas pentágono, más duras que la realidad”. Quieran o no, uno se maquina.
(Nota: Pongo las puertas pentágono como ejemplo porque es el primero que se me viene a la mente y me parece que es el más fácil de ver).
Dicho y hecho. La paranoia que se empieza a gestar trae sus consecuencias.
Bart camina por una calle del barrio y se ve cómo a medida que va pasando por las distintas casas se ponen en marcha los nuevos sistemas de seguridad en la mayoría de ellas (incluso una tiene el del profesor Frink).
Durante la noche, entra alguien al cuarto del Abuelo y automáticamente piensa que es el Gato que viene a robarle. En realidad es Malloy, residente del asilo de ancianos, que va a pedirle el ungüento.
Al día siguiente Apu cierra el Kwik-E-Mart con un cartel de “Nunca abrimos.” y le dispara a un cliente que recién llegaba en su auto, seguido de “Gracias por venir, nos vemos en el infiernos”.
En este punto hay otra cosa interesante para analizar, y voy a citar a Zygmunt Bauman para explicarlo un poco mejor.
“Muchos psiquiatras han señalado que creer ser víctima de una conspiración no es nada novedoso; por cierto, es un estado que ha atormentado a algunos humanos en todas las épocas y en todos los lugares. […] Lo que resulta totalmente novedoso es que ahora se inculpa a los merodeadores, que representan al diablo, los íncubos, los espíritus y los duendes malignos, el mal de ojo y las brujas. Si ‘las falsas victimas’ abusan ‘de la credibilidad pública’, es porque los ‘merodeadores’ ya se han convertido en un nombre popular para el medio ambiente que acosa a nuestros contemporáneos; de modo que la presencia ubicua de los merodeadores se ha vuelto creíble y el miedo de ser perseguido se ha convertido en un sentimiento común.
[…] La década de 1960 y la de 1970 fueron, según Zukin, ‘el hito que marcó la institucionalización del miedo urbano’.
Los votantes y las élites podrían haber elegido aprobar las políticas del gobierno destinadas a eliminar la pobreza, controlar la competencia étnica e integrar a todo el mundo a través de instituciones públicas comunes. En cambio, eligieron comprar protección, estimulando así el crecimiento de la industria de la seguridad privada.
Zukin señala que el peligro más tangible que corroe lo que denomina ‘la cultura pública’ es ‘la política del miedo cotidiano’.
[…] Un concepto de comunidad definida por sus límites estrechamente vigilados y no por sus contenidos; la ‘defensa de la comunidad’ traducida a la contrastación de guardianes armados para custodiar la entrada; los merodeadores y vagabundos promovidos al rango de enemigos públicos número uno; el recorte de áreas públicas a los enclaves ‘defendibles’ de acceso selectivo; la separación y la no negociación de la vida en común y la criminalización de las diferencias residuales: éstas son las principales dimensiones de la evolución actual de la vida urbana.”
Bauman, Zygmunt. “Cap. 3: Espacio/tiempo”, Modernidad líquida. Buenos Aires, Editorial Fondo de Cultura Económica, 2003.
Traduzcamos un poco. Los otros, extraños, llamados aquí merodeadores, se convierten en una amenaza. Cualquier desconocido es, por esa misma condición, un peligro inminente, y como tal, un potencial agresor.
Como se darán cuenta, Apu le dispara a un cliente que lo único que había hecho es estacionar el auto en la puerta del minisúper. Pero justamente, por ésta suerte de paranoia, las personas comienzan a ver a los extraños como delincuentes. Esto no quiere decir que ningún extraño pueda ser un criminal, pero esa sensación se ve potenciada por el miedo colectivo que se genera, trasladando ésta condición a casi todos los individuos.
“Bueno, estas son las nuevas reglas de la familia: no se sale de noche, ver que no nos sigan, cerrar puertas y ventanas.” Esas son las palabras de Homero para la familia. ¿No se les hacen conocidas? Seguramente en su familia también se han planteado estas máximas, o algunas parecidas. Y podríamos aplicarlas más allá del seno familiar, llegando hasta el barrio en sí. Es muy probable que alguna vez, charlando con algún vecino, decidieran que cuando uno llega un poco tarde y tiene que entrar el auto, otro lo esté observando por si pasa algo.
TAPA DEL DIARIO AL DÍA SIGUIENTE: “Burglar strikes again!” (Ladrón ataca de nuevo) + “Is nothing safe?” (¿NADA ES SEGURO?)
Al ver que la policía no puede hacer nada para atrapar al Gato, los vecinos deciden formar una patrulla vecinal. Siendo así, eligen a Homero como el líder de dicho grupo. En palabras del propio Homero: “No necesitamos a un genio, sino alguien que actué. Que se lance sin medir las consecuencias.” ¿Aplicación de la mano dura?
En la siguiente escena aparecen algunos de los miembros de la patrulla revisando algunas armas que consiguieron. A tal punto llego el delirio que hasta Bart tiene una escopeta…
Después la patrulla sale a dar una vuelta por la zona.
¿Qué hacen durante la vigilancia? Decirle a los jóvenes que vuelvan a sus casas o trabajos, perseguir a un músico callejero que está tocando con un saxofón (recuerden lo que vimos más arriba con Bauman: el extraño es sospechoso desde el comienzo y por ende puede que hayan pensado que es el saxofón de Lisa), patean las hojas que está quemando un sujeto en su jardín (a esta altura ya no se sabe si distinguen entre un delito o no, más bien pareciera que cualquier cosa que se haga en la calle es un crimen) y reclutan a Jimbo, que estaba pintando una pared con aerosol.
Es aquí donde Lisa dice una frase bastante importante: “Papá, estás abusando de tu poder con todos los policías civiles. Y es que, si tu eres la policía, ¿quién vigila a la policía?”. Cuando se le da demasiadas libertades de acción a las fuerzas públicas suele derivar en un abuso de poder. Lamentablemente en Argentina hemos tenido que vivir este tipo de situaciones. Y si esto fuera poco, Homero le dice a Lisa que LA MAFIA está buscando su saxofón… ¡LA MAFIA!
Después de esto Homero participa en Smartline, programa que conduce Kent Brockman, y durante una llamada del Gato para comunicar su próximo movimiento, Homero termina ahorcando al jefe de piso porque “está algo nervioso”.
La patrulla se ubica en las proximidades del museo de Springfield, donde el Gato atacara para llevarse el zircón más grande del mundo. Mientras está de vigilancia, Homero deja el puesto para ir a controlar a unos pibes que están tomando cerveza en la calle, momento que el ladrón aprovecha para ingresar en el museo y escapar con el botín (mientras que Homero se embriaga xD). Claramente Homero ya no tiene (o quizás nunca la tuvo) la capacidad para establecer prioridades entre un delito y otro. Recordemos que la patrulla se creó para atrapar al Gato, y ahora que saben dónde va a atacar deja el lugar descubierto para ocuparse de algo de menor importancia.
TAPA DEL DIARIO AL DÍA SIGUIENTE: “Zirconia Ztolen!!!” (Juego de palabras que significaría “Zircón robado”).
Al día siguiente, después de que todo Springfield abuchee a Homero, Marge limpia los restos de basura que arrojaron y dice “Caray, no sabía que este pueblo amara tanto a ese zircón”. Ahora, ¿es que el pueblo amaba tanto al zircón desde antes o lo empezó a querer desde el momento en que se le empezó a dar manija? ¿A todos les gustaba el boxeo o les empezó a gustar desde que se empezó a promocionar a Maravilla Martinez? ¿Por qué hay una marcha contra la inseguridad todas las semanas y casi nunca hay una para frenar los accidentes de tránsito, que cuentan más víctimas que la inseguridad?
En fin, entra el abuelo y revela que el Gato es Malloy (el que le fue a pedir el ungüento).
Una vez encarcelado Malloy les comenta que escondió todos sus tesoros debajo de una gran T, y al final les termina diciendo el lugar exacto en donde buscar y el pueblo entero va hacia allá.
Según Kent Brockman:
- Hordas de personas desesperadas abandonan la ciudad por razones desconocidas. Prof. Cocoon, sin saber exactamente a que se enfrentan, ¿diría ud. que es momento... de estrellarse las cabezas unos contra otros y sacarse los sesos?"
-Yo diría que sí.
Como recordaran, no hay tesoro, simplemente fue una trampa del Gato para ganar tiempo y poder escapar de la prisión (igualmente pasó más tiempo en prisión que muchos que tendrían que estar en cana acá en Argentina )
Algunas conclusiones finales
Lo que he tratado de explicar a lo largo de este post es la influencia que tienen los medios de comunicación sobre la sensación de inseguridad que una sociedad siente.
Esto no quiere decir que no exista la delincuencia, por supuesto que existe y es una de las grandes preocupaciones que aquejan a nuestra sociedad y a muchísimas más. Simplemente quiere decir que la preocupación que genera dicha problemática se ve fogoneada día tras día, llegando a puntos tales de generar una especie de caos y paranoia entre los habitantes.
De ninguna manera estoy planteando que los noticieros y diarios no tendrían que informar de lo que sucede cada día, ya que esto sería ridículo. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que hoy las novedades no se presentan objetivamente, y la información puede ser manejada de una manera u otra, dependiendo del efecto que se quiera lograr en los receptores. Así, sin la necesidad de modificar una noticia, se la puede repetir hasta el hartazgo, y al final podemos terminar creyendo que en vez de 5 victimas de delincuencia por día (que también sugiere un problema) hay 40.
Espero que esto les sirva para estar un poco más atentos a los mensajes que reciben día a día y poder reinterpretarlos de una manera un poco más correcta.
Agrego unas palabras de Eduardo Galeano sobre el tema, dichas en una nota sobre su último libro (Los hijos de los días):
-Dentro de esas historias hay muchas vinculadas a nuestra vida cotidiana. Usted señala: “vivimos en un mundo inseguro”. La particularidad es que plantea que existen diferentes concepciones sobre la inseguridad. ¿A qué se refiere?
-Muchos políticos en el mundo entero, no es algo que le pase solo a nuestro país, explotan una suerte de histeria colectiva respecto al tema de la inseguridad. Te enseñan a ver al prójimo como una amenaza y te prohíben verlo como una promesa; o sea el prójimo, ese señor, esa señora que anda por ahí, puede robarte, violarte, secuestrarte, engañarte, mentirte... rara vez ofrecerte algo que valga la pena recibir. Creo que eso forma parte de una dictadura universal del miedo. Estamos entrenados para tener miedo de todo y de todos y esta es la coartada que necesita la estructura militar del mundo. Este es un mundo que destina la mitad de sus recursos al arte de matar al prójimo. Los gastos militares, que son el nombre artístico de los gastos criminales, necesitan una coartada. Las armas necesitan guerra, como los abrigos necesitan invierno.
-Cuando habla de los miedos usted juega con esa palabra para así mencionar a los medios y tiene una historia que es “los miedos de comunicación”. ¿Qué lugar le atribuye a los medios en esos miedos?
-A veces los medios actúan como “miedos” de comunicación, entonces se convierten en “miedos de incomunicación”. Esto no es verdad para todos, pero sí para algunos medios que en el mundo entero explotan esa suerte de histeria colectiva desatada con el tema de la inseguridad. Mienten, porque la inseguridad no se reduce a la inseguridad que se puede sufrir en las calles. Inseguro es este mundo y lo primero es la inseguridad en el trabajo, que es la más grave de todas y de la que nunca hablan los políticos que explotan el tema de la inseguridad. No hay nada más inseguro que el trabajo. Todos nos preguntamos: y mañana, ¿habrá quién me compre?, ¿volveré al lugar de trabajo donde hoy estuve?, ¿habrá ocupado alguien mi lugar?
Ese miedo real a perder el trabajo o a no encontrarlo es la fuente de inseguridad más importante. A la vez, inseguro es el mundo, la cantidad de personas que matan los autos en eso que llamamos accidentes de tránsito, en realidad son actos criminales a cuenta de los conductores que sacando permiso de manejar, tienen permiso de matar, o la inseguridad de la mayoría de los niños que nacen en el mundo condenados a morir muy temprano de hambre o de enfermedad curable
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