Imaginemos una situación bélica en la que el enemigo posee una enorme batería de artillería ofensiva. La tiene y posee las municiones para usarla cada mañana con fuerza y repetir durante el día con menor intensidad.
Es en esa realidad que se da una situación interesante. La artillería se dedica desde hace 700 días a bajar un avión ultraliviano manejado por nuestro vicepresidente Boudou. Lo hace con gran estruendo y ordenada disciplina. Muchos vecinos sugieren que Boudou debería aterrizar su ultraliviano para así recuperar un sano silencio. Sano silencio que sólo la imaginación nos permite recordar.
Otros más analíticos afirman que es ridículo mantener esta pelea aérea perdida, porque ya el ultraliviano tiene sus días contados y afirman que fue un error no haberlo aterrizado 699 días atrás.
Lo cierto es que ocupado en este objetivo menor, hace dos años que los titulares de Clarín están tomados. Cada tapa dedicada a Boudou es una tapa que no se pudo utilizar para causarle daño real al proyecto popular, a dañar la implementación de alguna de sus políticas o debilitarlo para sus luchas. Son tapas que sin duda han dañado la carrera política de Boudou, su vida personal, la de su entorno familiar y por supuesto su buen nombre. Boudou ha padecido un escarnio público inducido como probablemente nadie haya conocido, a excepción quizás del General Perón. (Mazzorín lo padeció mucho, pero creo más por abandono de quienes deberían haberlo defendido que por la ferocidad del ataque).
En términos de lucha política entre un poder económico, plutocrático, que busca debilitar la legitimidad y el poder de acción de la política popular, es una metralla que no ha hecho mella.
Obama con mucho menos ataque tuvo que resignar su proyecto de salud pública, autoerosionarlo, tuvo que retroceder en su plan de desarme de Guantánamo y tantos proyectos más. A Dilma le debilitan su impulso por democratizar los medios. Aquí la artillería no ha logrado aún exterminar a uno de los generales del proyecto, tarea a la que se dedica sin pausa. Sin duda ha acabado con su vida política, ha inutilizado a este general para cualquier candidatura. Es un daño, pero creemos que menor. (**)
En esta historia, ¿quién tiene a quién entrampado?, ¿el general que es sometido a la metralla y queda imposibilitado de siquiera cenar en una restaurant sin ser agredido o la batería enemiga que está ocupada desde hace dos años en la cacería de esta especie de topo de la política, por la dificultad que presenta para ser exterminado?
¿Alguien puede creer que sin Boudou la artillería de Clarín no habría sido usada para erosionar al proyecto popular en otro punto?
¿Alguien puede creer que sencillamente habrían dedicado esas mismas tapas para hablar de los logros de la Argentina, del clima, de los baches?
¿O acaso habrían utilizado ese fuego liberado para erosionar la reestatización de YPF, la negociación para el pago de su expropiación, las condiciones con el Club de París, las actualizaciones de la AUH, la inclusión jubilatoria que no se detiene, la fuerte negociación con los buitres y todas aquellas acciones y proyectos que legitiman la acción política al entregar derechos efectivos, que es como se genera fidelidad duradera?
En la MAK creemos que las 700 tapas de Clarín ya estaban destinadas para debilitar al proyecto popular. Las tenían y tenían la decisión de uso tomada. Las han dedicado a Boudou esperando "soplar un alfil" en una operación relámpago pero hasta ahora, dos años después, sólo han acabado con su calidad de vida y su buen nombre. Sin duda un crimen (uno más), una injusticia (una más), pero nada que haya afectado el rumbo y el ritmo del progreso nacional.
Para un ejército que con pocos días de metralla lograba volver a encarpetar proyectos que les eran adversos, podían tirar ministros, poner ministros cuando no presidentes, haber utilizado dos años para desprestigiar a un vicepresidente, eliminar de carrera a un candidato entre varios, no parece un logro que puedan festejar.
Desde la MAK le pedimos a Boudou que siga volando su ultraliviano y así seguir distrayendo la artillería enemiga. Nosotros nos comprometemos a aguantar la militancia pasiva bajo el ruido de la artillería, sabiendo que no importa si Boudou vuela o aterriza, siempre habrá artillería de fondo.
La artillería de fondo nos confirma que el rumbo y el ritmo del gobierno son adecuados.
(*) En el video el Teniente Dunbar nos muestra la técnica Boudou, 200 años antes que el propio Boudou, distrayendo al pelotón enemigo minutos antes de ser vencidos.
(**) Agregado posterior: Horacio Verbitsky nos envía aquí una incompleta lista de las resignaciones de Obama a su proyecto debido a presiones y lobbies. Como para darnos un nivel de comparación sobre lo que es daño real a un proyecto y solo escarnio personal. Ver Nota
Imaginemos una situación bélica en la que el enemigo posee una enorme batería de artillería ofensiva. La tiene y posee las municiones para usarla cada mañana con fuerza y repetir durante el día con menor intensidad.
Es en esa realidad que se da una situación interesante. La artillería se dedica desde hace 700 días a bajar un avión ultraliviano manejado por nuestro vicepresidente Boudou. Lo hace con gran estruendo y ordenada disciplina. Muchos vecinos sugieren que Boudou debería aterrizar su ultraliviano para así recuperar un sano silencio. Sano silencio que sólo la imaginación nos permite recordar.
Otros más analíticos afirman que es ridículo mantener esta pelea aérea perdida, porque ya el ultraliviano tiene sus días contados y afirman que fue un error no haberlo aterrizado 699 días atrás.
Lo cierto es que ocupado en este objetivo menor, hace dos años que los titulares de Clarín están tomados. Cada tapa dedicada a Boudou es una tapa que no se pudo utilizar para causarle daño real al proyecto popular, a dañar la implementación de alguna de sus políticas o debilitarlo para sus luchas. Son tapas que sin duda han dañado la carrera política de Boudou, su vida personal, la de su entorno familiar y por supuesto su buen nombre. Boudou ha padecido un escarnio público inducido como probablemente nadie haya conocido, a excepción quizás del General Perón. (Mazzorín lo padeció mucho, pero creo más por abandono de quienes deberían haberlo defendido que por la ferocidad del ataque).
En términos de lucha política entre un poder económico, plutocrático, que busca debilitar la legitimidad y el poder de acción de la política popular, es una metralla que no ha hecho mella.
Obama con mucho menos ataque tuvo que resignar su proyecto de salud pública, autoerosionarlo, tuvo que retroceder en su plan de desarme de Guantánamo y tantos proyectos más. A Dilma le debilitan su impulso por democratizar los medios. Aquí la artillería no ha logrado aún exterminar a uno de los generales del proyecto, tarea a la que se dedica sin pausa. Sin duda ha acabado con su vida política, ha inutilizado a este general para cualquier candidatura. Es un daño, pero creemos que menor. (**)
En esta historia, ¿quién tiene a quién entrampado?, ¿el general que es sometido a la metralla y queda imposibilitado de siquiera cenar en una restaurant sin ser agredido o la batería enemiga que está ocupada desde hace dos años en la cacería de esta especie de topo de la política, por la dificultad que presenta para ser exterminado?
¿Alguien puede creer que sin Boudou la artillería de Clarín no habría sido usada para erosionar al proyecto popular en otro punto?
¿Alguien puede creer que sencillamente habrían dedicado esas mismas tapas para hablar de los logros de la Argentina, del clima, de los baches?
¿O acaso habrían utilizado ese fuego liberado para erosionar la reestatización de YPF, la negociación para el pago de su expropiación, las condiciones con el Club de París, las actualizaciones de la AUH, la inclusión jubilatoria que no se detiene, la fuerte negociación con los buitres y todas aquellas acciones y proyectos que legitiman la acción política al entregar derechos efectivos, que es como se genera fidelidad duradera?
En la MAK creemos que las 700 tapas de Clarín ya estaban destinadas para debilitar al proyecto popular. Las tenían y tenían la decisión de uso tomada. Las han dedicado a Boudou esperando "soplar un alfil" en una operación relámpago pero hasta ahora, dos años después, sólo han acabado con su calidad de vida y su buen nombre. Sin duda un crimen (uno más), una injusticia (una más), pero nada que haya afectado el rumbo y el ritmo del progreso nacional.
Para un ejército que con pocos días de metralla lograba volver a encarpetar proyectos que les eran adversos, podían tirar ministros, poner ministros cuando no presidentes, haber utilizado dos años para desprestigiar a un vicepresidente, eliminar de carrera a un candidato entre varios, no parece un logro que puedan festejar.
Desde la MAK le pedimos a Boudou que siga volando su ultraliviano y así seguir distrayendo la artillería enemiga. Nosotros nos comprometemos a aguantar la militancia pasiva bajo el ruido de la artillería, sabiendo que no importa si Boudou vuela o aterriza, siempre habrá artillería de fondo.
La artillería de fondo nos confirma que el rumbo y el ritmo del gobierno son adecuados.
(*) En el video el Teniente Dunbar nos muestra la técnica Boudou, 200 años antes que el propio Boudou, distrayendo al pelotón enemigo minutos antes de ser vencidos.
(**) Agregado posterior: Horacio Verbitsky nos envía aquí una incompleta lista de las resignaciones de Obama a su proyecto debido a presiones y lobbies. Como para darnos un nivel de comparación sobre lo que es daño real a un proyecto y solo escarnio personal. Ver Nota
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